Locura en Barranquilla.
Nueva agresión a personal médico en Barranquilla a manos de familiares de paciente, esto fue en el Hospital Camino El Bosque.
La desinformación, la ignorancia, la "cultura" del todo vale sumado al desespero y la angustia de una pandemia es una mezcla explosiva.
Muy bien el acompañamiento policial, muy bien el toque de queda, pero si a eso no se le mete alimentación, pedagogía, educación y cultura lo que era el "mejor vividero del mundo" se nos ha venido convirtiendo en una olla de intolerancia, violencia y criminalidad generalizada y aceptada como modus vivendi.
Son las autoridades las primeras en dar el ejemplo, son quienes tienen que promover una cultura de tolerancia, de información veraz, abrir espacios a la formación académica de la ciudadanía y adoptar medidas tendientes a mantener la calma en estos tiempos difíciles, se trata de construir confianza ciudadana.
Agredir, violentar y aterrorizar al personal médico en medio de una pandemia sólo refleja el precario nivel educativo y la cultura de la violencia impregnada hasta los tuétanos en amplios sectores de la población.
Marx decía que la ideología dominante era la ideología de la clase dominante, es posible que a los aplausos producto de una ola de construcciones importantes y necesarias para la ciudad, se le hayan quedado cortos en lo que realmente necesita la gente, educación, empleo, oportunidades dignas para vivir, etc y lo que esté saliendo a flote sea toda la frustración e impotencia acumuladas por años.
Es posible que Barranquilla necesite algo más que buenas contrataciones deportivas, es posible que la ciudad necesite algo más que buenas obras, es posible que lo que la gente necesite sea estimular más el cerebro a partir de una reorientacion del gasto público para mejorar los niveles educativos de la ciudad. Es posible que la sensación de progreso sea sólo para un pequeño margen de la población, algo distinto a lo que la mayoría vive día a día.
Es posible que esta agresión y otras que se han presentado, la ola de asesinatos y delincuencia desatada sea el resultado de nuestro fracaso como sociedad, creo que lo que Bolívar decía sobre la ignorancia aplica para nuestros tiempos:
"Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción."
Podemos y debemos reformular la forma en que nuestra ciudad está organizada, discutir sobre los valores en que está cimentada, proponer nuevas salidas a lo que hoy parece un laberinto sin salida.
Es la ciudadanía la que debe despertar y sacudirse del velo que indica que todo estaba bien, hay que socializar la discusión política y la toma de decisiones.
Atentamente,
Gary Martínez Gordon