La vendetta pasa factura en Uniatlántico.
En estos momentos el máximo órgano directivo de la Universidad del Atlántico, se encuentra completamente maniatado para tomar decisiones, debido a la falta de quórum, pues, solo cinco (5) miembros con derecho a voz y voto[1] tienen la condición de consejeros, a saber:
1. La Gobernadora del Departamento, Presidenta del Consejo Superior, Elsa Noguera de la Espriella.
2. El Delegado del Presidente de la República, Jose Maximiliano Gómez.
3. La delegada del Ministerio de Educación.
4. El Representante de las Directivas Académicas, Danilo Hernández.
5. El Representante de los Ex – Rectores, Guillermo Rodríguez Figueroa.
Los otros cuatro (4) consejeros con derecho a voz y voto[2] que están por fuera del Consejo Superior son:
Representante de los Docentes.
Representante de los Estudiantes.
Representante de los Egresados.
Representante del Sector Productivo del departamento.
El Reglamento Interno del Consejo Superior, en su artículo 8°[3], establece que: “QUÓRUM. Constituirá quórum para deliberar y decidir válidamente la presencia de más de cinco (5) de sus miembros, con derecho a voto.”
Esta situación –inestabilidad del Consejo Superior- se ha tornado en costumbre por diversas maniobras promovidas por actores políticos intra y extra universitarios, que de acuerdo a las coyunturas presentan acciones de orden jurídico para dilatar las elecciones de turno, de hecho, actualmente hay dos procesos eleccionarios suspendidos y sumergidos en la más completa incertidumbre jurídica por este tipo de acciones, me refiero a las elecciones estudiantiles y de egresados.
Pero vamos por partes.
La representación que más tiempo lleva acéfala es la del Sector Productivo.
Históricamente, el representante del Sector Productivo en el Consejo Superior de la Universidad del Atlántico era puesto a dedo por el Comité Intergremial del departamento, sin que existiera una reglamentación sobre este particular en los estatutos de la universidad.
La Representación profesoral y estudiantil de Roberto Figueroa y Jonathan Camargo, abrieron la discusión en el seno del Consejo Superior sobre la necesidad de reglamentar la elección de esta representación, esto es, definir las calidades, cualidades y mecanismo de elección. Por lo cual, se presentó una propuesta de reglamentación de la elección del Sector Productivo que democratizara la elección e incluyera a todos los gremios del sector productivo del departamento y no dejara en las manos de una sola organización gremial la decisión.
Esta discusión surtió su trámite y se logró aprobar que la elección del Representante del Sector Productivo se hiciera de ahí en adelante, acorde a una nueva reglamentación, pero por los diversos intereses que dominan el Consejo Superior, no ha sido aprobado, motivo por el cual la representación del Sector Productivo se encuentra vacante, esto lleva tres (3) años.
La representación estudiantil le sigue en tiempo de inactividad, pues, al último representante Jonathan Camargo, se le venció el período en Diciembre del 2.018. solamente hasta el año pasado fueron convocadas las elecciones por la presión de los estudiantes, ya que la negativa del rector del momento, Carlos Prasca, no daba pie al Comité Electoral para que las convocase. Cuando por fin fueron convocadas las elecciones hubo una “lluvia” de tutelas que paralizaron el proceso, que entre otras cosas sufrió una serie de anomalías en su convocatoria por parte del Comité Electoral, es difícil afirmar que éstas hayan sido adrede. La silla vacía de los estudiantes en el Consejo Superior lleva año y medio.
La representación de los egresados tiene poco menos de seis (6) meses vacía, al último representante Leyton Barrios se le venció el período en Noviembre del año pasado y pasó prácticamente lo mismo que con la de los estudiantes, tutelas presentadas dieron pie a su suspensión.
La representación de los docentes acaba de quedarse vacante por cuenta del vencimiento del período al profesor Roberto Figueroa, hace escasos días.
Así las cosas, no existen alternativas jurídicamente viables que le permitan al Consejo Superior tomar decisiones sin incurrir en la ilegalidad.
Vale la pena recordar que hasta antes de la Representación Estudiantil de Henry Molina, electo en Noviembre del 2.006, un mes después del bombazo que mató a cuatro (4) estudiantes, el Consejo Superior no caía en esta situación de parálisis absoluta y me explico.
En los anales del Consejo Superior, existe un Acuerdo Superior[4] que fue diseñado a la medida del otrora representante estudiantil para sacarlo del máximo órgano directivo. En su momento Henry Molina era el más férreo opositor de la rectora de la época, Ana Sofía Meza de Cuervo. Dicho acuerdo fue elaborado de tal forma que una vez vencido el período de los representantes por elección –en el Consejo Superior existen dos clases de consejeros, por elección y por designación- estos quedarían vacantes hasta que se produjera la posesión del nuevo representante elegido.
La vendetta que la rectora Ana Sofía Meza impuso en su momento al Consejo Superior en contra de un consejero opositor, le pasa factura once (11) años después a la Universidad del Atlántico, justo en momentos que más se necesita la funcionalidad del máximo órgano directivo.
Justamente cuatro (4) de los seis (6) consejeros por elección están sin credencial.
Se debaten en estos momentos asuntos trascendentales para la modernización y democratización de la vida universitaria, como la Reforma al Estatuto General, está en curso la propuesta de gratuidad excepcional presentada por los estudiantes de la U-ACI (Unión Alternativa, Crítica e Independiente) y la necesidad de ajustar los mecanismos de enseñanza hacia una nueva forma en la que la virtualidad sea preponderante, por cuenta del aislamiento obligatorio preventivo que va para largo.
Se han escuchado propuestas de diversa índole como la de prorrogar el período al representante docente saliente, pero esto es un exabrupto jurídico. Se ha cuestionado la validez jurídica de la decisión del rector de prorrogar el pago de las matrículas para los estratos 1 y 2 y tienen asidero estas críticas. Se podría proponer la realización de las elecciones de estudiantes, profesores y egresados virtualmente, pero para ello tendría que modificarse el Estatuto Electoral[5], diseñado por completo para la realización de elecciones físicas y esto por los motivos expuestos es imposible.
Estamos ante un laberinto.
Tiene un nuevo reto la Gobernadora Elsa Noguera para solventar esta crisis de ingobernabilidad que atraviesa la institución.
Una posible salida es la de extender la invitación con derecho a voz a los representantes a los que se les venció el período, me refiero a los cuatro (4) representantes salientes que ejercieron por última vez estas representaciones, con miras a analizar y encontrar soluciones al problema, de igual forma, convocar a los entes de control para que sirvan de órgano consultivo y blindar jurídicamente las salidas a que puedan llegar.
De igual manera, se puede consultar a múltiples actores y sectores universitarios que por su experticia y sapiencia puedan contribuir a la superación de la crisis.
En lo que no se puede caer es en la parálisis administrativa que afecte la toma de decisiones con sus
respectivas consecuencias, para una comunidad de más de 24.000 estudiantes y miles de profesores, trabajadores y pensionados.
Y aprender de una vez por todas, que la gloriosa Universidad del Atlántico no puede dirigirse con ánimos revanchistas, de sectarismo ni dogmatismo de ninguna índole.
Atentamente,
Gary Martínez Gordon
[1] Artículo 15, Estatuto General. Universidad del Atlántico. Ver enlace: https://www.uniatlantico.edu.co/uatlantico/pdf/arc_10008.pdf
[2] Ídem.
[3] https://www.uniatlantico.edu.co/uatlantico/pdf/arc_6837.pdf
[4] Acuerdo Superior 000008 de 2.009. Ver enlace: https://www.uniatlantico.edu.co/uatlantico/pdf/arc_5384.pdf
[5] Estatuto Electoral. Universidad del Atlántico. Ver enlace: https://www.uniatlantico.edu.co/uatlantico/sites/default/files/ESTATUTO%20ELECTORAL%20UNIVERSIDAD%20DEL%20ATLA%CC%81NTICO.pdf
