Venezuela, entre el asedio y la revolución.
Bastaba la desaparición física del Comandante Hugo Chávez para desatar la furia de la oligarquía y el imperio. Creyeron que con su muerte se iría también la revolución y la conciencia del pueblo obtenida gracias a 14 años de intensa contienda política, de lucha por los derechos negados por centurias.
Antes de ayer, fue una dura prueba para la revolución bolivariana, fueron las primeras elecciones sin Chávez, un verdadero gigante de la historia y ganamos, apretados, pero ganamos, como se ganan los partidos de fútbol, así sea por estrecho margen, esa es la democracia que los enemigos de la revolución y del pueblo venezolano se empeñan en desconocer premeditadamente.
Para el pueblo fue una prueba durísima, para la oligarquía venezolana fue un paso calculado, como parte de un golpe de estado planificado por los mismos que se beneficiaron del 11 de Abril de 2.002.
Lo que se ve en las calles de Caracas y otras ciudades del país da fe de ello, los ataques a varias sede del PSUV, a la familia del ex ministro Izarra, a la rectora del CNE Tibisay Lucena, los carros incendiados, el asedio a VTV y Telesur, todo ello, precedido de las declaraciones incendiarias y maliciosamente articuladas del candidato perdedor.
En la política no existen las coincidencias, mucho menos si se trata de una persona con trayectoria criminal, golpista como la del candidato perdedor, cuya versión reeditada vemos en Abril de 2.013, la original fue en 2.002, no lo olviden.
Y esto “parece” no despertar la preocupación de los medios colombianos que se limitan a transmitir “imparcialmente” la “rabia” del electorado derrotado, porque guardan un silencio sepulcral y asqueroso ante las hordas que saquean y promueven la confusión y la violencia, pero salen emocionados a transmitir la “voz de la oposición”, cuyo rostro hoy es inocultable, es el rostro de la reacción.
Con razón Trotsky expresaba que las revoluciones necesitan el látigo de la contrarrevolución, para ponerse a prueba, para consolidarse y sobre todo para que el pueblo se haga dueño de ella para siempre; las ideas perviven en el tiempo, pero son los pueblos los que les dan el vigor y la vitalidad, el pueblo las hacen perennes.
Creo desde la distancia geográfica, pero con la suficiente cercanía de afectos y de identidad política, ideológica e histórica que el mando revolucionario (político y militar) tiene en sus manos la suerte de este proceso histórico y digno de admirar, la confianza que el pueblo venezolano ha depositado en ellos está bien resguardada, la celeridad y la serenidad en el actuar son imperativos en momentos en que los minutos pueden valer años. El pueblo demanda respuestas contundentes, ustedes han dado muestras fehacientes de respeto al pueblo y a las leyes que él mismo ha sabido darse, con mayor razón habrá que ser diligentes y severos.
La experiencia de lucha del pueblo venezolano no tiene par, estoy absolutamente convencido que no habrán más 11´s, si se atreven a dar pasos más violentos, vendrán los 13´s con firmeza, aprendimos la lección de Allende, Honduras y Paraguay, la sangre derramada por estos pueblos hermanos no ha sido en vano, en Venezuela se juega una vez más el destino de nuestro continente, es éste el bastión de resistencia antiimperialista por excelencia, la voz de Chávez retumba por toda Venezuela y el continente.
Ánimo y fuerza desde Colombia, tierra hermana, secuestrada por los mismos viudos del poder que añoran a como dé lugar, regresar a Venezuela.
Como dijera el Comandante “Camaradas, compatriotas, en esta jornada que hoy comienza, no podemos ni siquiera optar entre vencer o morir, ¡nosotros venceremos!”.
¡Toda la solidaridad desde Colombia!
Revolucionariamente,
Gary Ernesto Martínez Gordon.
