Parar la indiferencia, un deber ciudadano.

De forma espontánea se ha convocado para el 24 de enero un Paro Nacional en contra del incremento de los costos de vida y la precaria remuneración para el colombiano de a pie, que sobrevive con el sudor de su frente mientras unos pocos engrosan millonarias fortunas a costas del trabajo de millones.

Esta realidad de bruces no resulta novedosa, pero que debe entenderse que cada cierto tiempo hay despertares entre la ciudadanía que no distingue ni gusta de partidos y organizaciones políticas, se hacen llamar en cierta forma “apolíticos”, tal vez, por esa práctica descompuesta que los partidos tradicionales hoy denominados de la Unidad Nacional y algunos sectores de la izquierda que ha ejercido cargos públicos como Alcaldías y Gobernaciones, por citar los más representativos.

Este desencanto con la política por parte de la mayoría de la población colombiana debe entenderse con madurez y altura, pues, por un lado se le ha vendido al pueblo colombiano que todo lo que tiene que ver con la política equivale a corrupción, cuando el deber ser, el concepto original y fidedigno de la política corresponde al ejercicio del gobierno y el poder en función de los derechos y garantías de los pueblos.

Sin embargo, se suele asociar la indiferencia, apatía, abstencionismo y demás con la básica ignorancia y alienación, sin detenerse a analizar que son décadas de degradación que las élites han hecho de la política, precisamente para que el pueblo no asuma las riendas de su destino, es decir, que el pueblo haga política, que participe y decida su propio destino y no delegue en otros semejante responsabilidad.

Por eso, con cierta sospecha y prevención algunos sectores de la sociedad han visto la convocatoria a Paro Nacional este 24 de enero, asociando de forma irresponsable a quienes convocamos esta iniciativa de uribistas o enemigos de la paz, siendo que estos escenarios son los que nutren la lucha popular hacia la verdadera paz, la que contiene la justicia social, la que debemos conquistar por medio de un proceso constituyente que haga de Colombia un país realmente democrático.

Hay que mirar un poco más allá y darse cuenta que en Europa hace cierto tiempo son las iniciativas ciudadanas las que vienen marcando importantes aspectos de la política, España es un ejemplo de ello, y que en nuestro país existe una clara y evidente crisis de los partidos políticos de izquierda como de derecha, sin querer enlodar a militantes y dirigentes honrados que hacen su vida política en dichos partidos.

El acartonamiento, el sectarismo, la soberbia “intelectual y política” son algunas de las características más básicas de algunos partidos de izquierda que los llevan a no crecer e incidir en la vida política nacional, y a pesar de esta tozuda realidad insisten en esas prácticas endogámicas que generan desunión y rechazo por parte de quienes esperan alguna iniciativa que abandere y aglutine los más amplios descontentos que pululan por toda la nación.

Se trata de no perder el tiempo en largas y estériles discusiones de forma, en esta oportunidad lo que se quiere es convocar al ciudadano inconforme, al que vende el voto y al que no, al que tiene el agua hasta el cuello porque no tiene trabajo o porque la plata no alcanza sino para subsistir, a que se manifieste, a que se exprese en las calles, a que el pueblo se reconozca e identifique entre sí como su par y sumar más voluntades para futuras movilizaciones y propiciar cambios que resuelvan los problemas más sentidos de la población.

No caemos en la trampa de los NINI (Ni Santos ni Uribe), la única trampa peligrosa que hay es la de seguir dormidos mientras la vida se nos pasa por la nariz sin hacer nada.

Por eso este Paro Nacional es contra el aumento del IVA, el impuesto a la telefonía, el pírrico aumento del salario mínimo, la venta de ISAGEN, la corrupción generalizada pero fundamentalmente el Paro Nacional es para PARAR la indiferencia.

Sal a marchar este domingo, nos vemos en la Plaza de la Paz a las 9:00 am, lleva tu gorra, mascota, bicicleta y gatorade si estás enguayabado y si estás enmaizenado llega, la UNIÓN HACE LA FUERZA.